Yekaterimburgo, 1918. Después de una desastrosa guerra contra Alemania, los bolcheviques hicieron prisionera a la familia Romanov. Los guardianes fueron reemplazados por verdugos y el 17 de julio de 1918 toda la familia fue ejecutada y enterrada en un bosque de los alrededores. Durante más de 70 años se desconoció su paradero. Años más tarde Rusia reveló su fatal destino.